Matías Ramón Mella nació en Santo Domingo el 25 de febrero de 1816 y murió en Santiago el 4 de junio de 1864, fue militar, político y activista dominicano, hijo de Antonio Mella Álvarez y Francisca Castillo.
En el año 1838 se casó con Josefa Brea, joven perteneciente a una familia ilustre del país, con quien procreó cuatro hijos: Ramón María, Dominga América María, Antonio Nicanor e Ildefonso.
El Patricio se desarrolla política y profesionalmente de 1822 a 1843 durante los años que el presidente haitiano Jean Pierre Boyer dominaba el territorio de la parte española de la isla.
Hizo el servicio militar con el que adquirió notoriedad entre sus compañeros y superiores por su seriedad, carácter responsable y por su valor personal.
Mella no fue uno de los fundadores de la Sociedad Secreta La Trinitaria pero entre los años 1838 y 1843 se convirtió en uno de los adeptos más eficaces de esta célula política que buscaba la separación de las comunidades dominicana y haitiana para luego crear un Estado independiente de toda influencia extranjera bajo el nombre de República Dominicana. Esto le mereció la plena confianza de Juan Pablo Duarte.
En enero de 1843 fue comisionado por Duarte para trasladarse a la villa haitiana de Los Cayos de San Luis, al sur de Haití, para hacer contactos con Charles Hérard y los revolucionarios reformistas adversarios del presidente Boyer.
La táctica de Duarte de aliarse con los enemigos de Boyer, encontró en Mella una persona capaz de sumar a los militares y civiles que encabezados por Charles Hérard, querían el derrocamiento del presidente de la República que tenía más de veinte años gobernando.
Cuando regresó de Los Cayos, luego del derrocamiento de Boyer, Mella se trasladó al Cibao Central como agente propagador del ideal republicano.
Luego de su triunfo Charles Hérard, ordenó la prisión de Mella, Rafael Servando Rodríguez y el sacerdote Juan Puigbert, acusándolos de querer destruir el ejército y los remitió a Puerto Príncipe donde permanecieron dos meses detenidos, regresando en septiembre a la parte oriental.
En enero de 1844 Mella ayudó a Sánchez, jefe del Movimiento independentista por la ausencia de Duarte, a redactar el Acta de Independencia y, a sugerencia suya, se le llevó a Tomás Bobadilla para su revisión.
La noche del 27 de febrero de 1844 es de los primeros en llegar a la Puerta de la Misericordia, exhortando en el lugar a unos pocos temerosos a no abandonar el lugar y, audaz e impulsivo, luego de proclamada la República, Mella forma parte de su primera Junta Central Gubernativa.
Para los primeros días de marzo de 1844 parte hacia el Cibao como Gobernador del Distrito de Santiago y Delegado de la Junta Central Gubernativa, pero en realidad era el jefe político y militar de la región más importante del país. Ostenta el rango de Coronel del naciente Ejército Nacional.
Mella no estaba en Santiago cuando se iniciaron los combates del 30 de Marzo, pues la batalla lo sorprendió cuando recorría la región del Cibao reclutando hombres y tomando posiciones que revelan su gran capacidad militar organizativa. Mella había dado las primeras instrucciones y escogió a José María Imbert como lugarteniente en Santiago. En estas iniciativas están sus méritos en esta batalla.
Los acontecimientos tomaron un giro diferente después de la victoria de Azua el 19 de marzo. Duarte se presentó en el Cibao y Mella, entusiasmado e impulsivo, lo proclamó Presidente de la República.
Cuando Faustin Soulouque invadió el país, Mella se incorporó al Ejército, destacándose en la famosa Batalla de Las Carreras y termina siendo secretario de Pedro Santana. En septiembre de 1849, es nombrado Secretario de Estado de Hacienda y Comercio. Hasta la anexión a España se sintió más cerca de Santana que de Báez.
De 1849 a 1861 ocupó importantes cargos civiles y militares entre los que se encuentran comandante de Armas, Ministro de la Guerra, Gobernador, Ministro Plenipotenciario y Enviado Extraordinario en Misión Especial frente al Gobierno español, para gestionar el reconocimiento de la República o del Protectorado.
En julio de 1856 se le encomendó preparar un proyecto de ley para organizar el Ejército. Ya se le tenía y respetaba como un entendido en asuntos militares.
Demostró que realmente era conocer de los asuntos militares cuando se inicia la Guerra Restauradora. A este movimiento se incorporó, en agosto de 1863, confiándosele importantes misiones.
Viajó al sur atravesando la Cordillera Central por Constanza, con el encargo de organizar las tropas restauradoras dirigidas por Pedro Florentino.
Es designado Ministro de la Guerra y elabora el Manual de Guerra de Guerrillas que dirige por medio de una circular de fecha 26 de enero de 1864 y que recoge toda la experiencia del pueblo dominicano en esta forma singular de lucha.
Mientras servía a la causa restauradora, el general Mella, enfermó de disentería y murió en la extrema pobreza el 4 de junio de 1864. Murió con la distinción de ser dos veces prócer de la República, pidiendo que lo enterraran envuelto en la Bandera Nacional y, así se hizo.
Además de los indiscutibles aportes que hizo Matías Ramón Mella a la causa de la independentista nacional, realizó otro que lo llenó de gloria y lo enarboló con un hombre conocedor y manejador de los asuntos militares sin precedentes en la República Dominicana, este fue el Manual de Guerra de Guerrillas empleados por los héroes criollos en la Guerra Restauradora.
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